El “supuesto” dueño de las obras es Cornelius Gurlitt, un hombre mayor de unos 81 años, que se proclama como único dueño de las obras. El asunto es que Gurlitt tenía en su departamento de Munich más de 1.400 obras de arte que el Estado alemán sustrajo en febrero de 2012 para investigar la procedencia de dichas obras. Al parecer esas 1.400 obras pertenecen al “Tesoro nazi”.
Pero el asunto no termina allí, el representante de Gurlitt asegura que su representado guarda, en su casa de Austria, 60 obras más entre las que se encuentran las pinturas de Monet, Renoir y Picasso. El Estado y los investigadores alemanes aseguran que las obras pueden haber sido sustraídas por el régimen nazi a los verdaderos dueños de dichas colecciones y es por ello que están investigando su procedencia para poder devolverles dicho “tesoro” a sus verdaderos dueños.
Aún hoy Alemania, y el mundo, sigue golpeado por uno de los crímenes más atroces del siglo pasado pero estos nuevos descubrimientos ayudan a reconstruir hasta historias familiares.
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