Sin duda es una de las novelas más divertidas y estremecedoras que he leído. Lo interesante de la novela es que no es una simple obra que habla sobre las drogas y los crímenes, por el contrario, la novela tiene un contexto y una moraleja que no podemos dejar pasar por alto.
Aquel contexto en el que se escribe la obra, 1971, en Estados Unidos, es la época en el que el pueblo pierde la fe, en la tristeza y el fracaso de la guerra de Vietnam; es la época de Nixon, el nacimiento del movimiento hippie y los años de la droga. Todo ello lleva inmerso como fuente la novela de Thompson.
Por ello es que a la hora de leer la novela se debe tener en cuenta estas ideas que rondaban la vida del escritor y la de todo el pueblo americano. No es casual que el escritor hable sobre todos esos temas en una época sumamente convulsionada, como pudimos dar cuenta.
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