Digo que, para mí, que el mundo de Howard Phillips Lovecraft es un mundo como el Harry Potter o el de Crepúsculo porque verdaderamente el universo del escritor estadounidense resalta los tópicos de la magia y lo sobrenatural como moneda corriente. Es más, en el mundo de Lovecraft el hombre ni siquiera obtiene papeles principales sirve más bien como detalle o necesidad a ese universo móvil que recorre tierras heladas y oscuridades inmotas.
Lovecraft no sólo es un escritor bastante oscuro sino que apoya su “oscuridad” o mejor dicho su escritura, en la miología Cthulhu, mitología nihilista, donde conviven monstruos crueles y ciudades subterráneas. Es decir, que la escritura terrorífica de Lovecraft no se basa ni en la moda ni en un estereotipo de escritura sino que, por el contrario, desarrolla una escritura basada en una religión y por ende en una mitología en donde esas criaturas mágicas aparecen desarrolladas.
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